En Palacios se encuentra una de las cuatro estaciones meteorológicas automáticas de la provincia. Recoge variables que se publican cada hora en la página web de Agencia Estatal de Meteorología (AEMET).
BELÉN ANTÓN / PALACIOS

Gracias a los avances de la tecnología cada vez es más fiable la predicción meteorológica, una información muy beneficiosa para sectores cuyo trabajo depende en parte de la condiciones del tiempo como la agricultura, las energías, el transporte o la construcción. También para cualquier persona que desee conocer por ejemplo las temperaturas máximas o mínimas de un lugar y si llueve, nieva, hace sol o está nublado en algún punto del planeta.
Desde hace unas semanas y gracias a ciertos sistemas de medición y a internet incluso podemos saber cuánto ha llovido, cuál ha sido la máxima o la mínima temperatura o cuál la velocidad del viento durante la última hora y en un sitio en concreto. Para ello, existen repartidas por toda la geografía española estaciones meteorológicas automáticas. En Burgos hay cuatro que envían los datos constantemente a la Agencia Estatal de Meteorología (AEMET); en concreto, en Palacios de la Sierra una de ellas, la que recoge los datos representativos de toda la comarca. 
Estas estaciones automáticas ‘anotan’ las variables meteorológicas in situ, es decir, toman medidas constantemente en el lugar en el que se encuentran situadas. Cada 10 minutos realizan una observación, y cada hora envían las seis observaciones hechas en la hora anterior a los servicios centrales de AEMET, datos que aparecen en internet, en la página web www.aemet.es. Escribiendo está dirección -y después de pinchar en los enlaces el tiempo, observación y datos- llegamos a una página en la que podemos seleccionar la comarca de la que nos interesa conocer los datos. Si seleccionamos Palacios de la Sierra obtendremos los datos representativos de toda la comarca de Pinares. Además, en la provincia existen otras tres estaciones de estas características que se encuentran en Medina de Pomar, Belorado y Aranda de Duero. 
Las variables que ofrecen son las temperaturas máximas y mínimas, la racha del viento, la velocidad del viento y las precipitaciones. La web da la opción de conocer cada uno de estos datos hora a hora, también de visionar un resumen diario de esas variables o descargarse los datos de cada diez minutos que acaban de suceder, recogerse, analizarse y publicarse.

¿CÓMO MIDEN? Estas estaciones constan de una casetilla de madera y una torreta de 10 metros de altura abatible. Precisamente esta última sirve para medir tanto la velocidad como la dirección del viento y debe estar colocada a esa altura para que los datos que recoja puedan ser representativos de toda la zona. Por eso, también debe de estar ubicada en un espacio libre de obstáculos. En esta torreta hay un sensor ultrasónico, ya que la velocidad del sonido está afectada por la del propio viento. También captan la racha, es decir, el momento en el que el viento ha alcanzado la máxima velocidad dentro de ese periodo de tiempo que analizan. 
La temperatura y la humedad del aire se miden gracias a unos sensores que hay en el interior de la casetilla de madera, situada a un metro y medio del suelo y a la sombra, y que no está cerrada totalmente sino con láminas, para permitir que circule el aire y al mismo tiempo proteger estos sensores del sol directo. También mide la temperatura a ras de suelo. La apariencia del aparato que lleva a cabo esta labor es como la de un hongo blanco situado a 15 centímetros del suelo.
En verano la temperatura a ras de la superficie es más alta que la que se registra en la casetilla y en invierno sucede a la inversa. También hay otro termómetro clavado 5 centímetros en el suelo que capta una temperatura a más profundidad. Palacios dio hace días la más baja de España y aquí acudió el programa Gente, de TVE, para hablar con los vecinos.
Gracias a un pluviómetro podemos conocer las precipitaciones. Se trata de una especie de embudo y de un balancín. El agua va cayendo hasta este último, que cuando alcanza cierta capacidad se balancea y transmite el dato.
Desde estas estaciones se miden otras variables aunque luego no aparezcan en la página anteriormente citada. Entre ellas se encuentra la presión, es decir, el peso de la columna del aire. Las altas presiones indican buen tiempo; en cambio, las bajas, nubes y precipitaciones. 
A través de un radiómetro miden la intensidad de la ración solar, es decir, cuántas horas de sol ha habido y en qué momento. También registran el tiempo presente, si hay niebla, llueve o está despejado y el nivel de nieve, en caso de que haya nevado. Para conocer este dato utilizan un sensor situado a cierta altura y que emite un rayo láser que rebota contra el suelo. Según el tiempo que haya tardado en volver, se calcula la distancia y se sabe la altura de la capa de la nieve. 
Estas estaciones se alimentan a través de un panel solar y cuentan con una tarjeta de módem de telefonía móvil desde la que se envían cada hora esos datos diez minutales. En concreto, la estación de Palacios se instaló en el año 2005, pero sus datos se han hecho públicos en internet hace apenas unas semanas. El Ayuntamiento cedió el uso del terreno y colabora con el mantenimiento. 

PARA qué SIRVEN. Los datos que recogen estas estaciones son de gran utilidad. Una de ellas es la elaboración de estudios climatológicos. Hay muchos sectores para los que conocer el ‘tiempo’ es importante, como la agricultura o la construcción. También es muy útil para aquellos que quieran instalar paneles solares o parques eólicos y así conocer cuánto sol o aire hace donde los quieran colocar. Incluso para las empresas de electricidad y sus previsiones de producción.
También los datos que recogen estas estaciones son útiles para cuando han sucedido fenómenos adversos y las aseguradoras deben de pagar los daños causados por los mismos. Si se dispone de esa información, AEMET lo puede certificar de manera oficial y los damnificados poder así cobrar por los daños causados por el tiempo. 
Estas estaciones automáticas sirven, además, para llevar a cabo labores de vigilancia, es decir, comparar lo que se preveía que iba a pasar con lo que finalmente está pasando en esa zona, y emitir avisos si fuera necesario; y para calibrar los instrumentos de teledetección, como satélites y radares.

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DB