Opinión 30/03/2011

WILLY

A la Alta Sierra de Pinares no le falta ni le sobra nada para estar guapa, máxime en plena primavera. Es un lugar encantador, cuidado y respetado, lleno de atractivos y acogedor. Es un tesoro natural único que lejos de esconderse se muestra a los que lo visitamos con asiduidad tal y como es, sin cambios traumáticos ni megaproyectos obscenos que desvirtúen su esencia. Quizá sea culpa del carácter y la visión de sus habitantes, que han sabido entender y explotar de forma sostenible y sencilla el paraíso que tienen entre manos y contagiar ese respeto ancestral a la tierra a todos los que se acercan a conocerla. El caso es que, al margen de la competencia lógica entre unos municipios y otros de la Sierra y con el apoyo de las administraciones públicas, de instituciones financieras y de los emprendedores locales, poco a poco se va configurando una amplia y cuidada oferta de dotaciones culturales y de ocio que hacen de la visita a esta zona sumamente entretenida, enriquecedora y altamente saludable. 
El lunes se inauguraba en Palacios de Sierra el Centro de Visitantes Necrópolis del Alto Arlanza, una iniciativa cultural muy acertada, que lejos de restar complementará y enriquecerán a las ya disponibles en el entorno: Museo de los Dinosaurios de Salas de los Infantes, la Casa de la Madera de Revenga o el futuro Museo de la Trashumancia de Neila, entre otros... Es un atractivo más para un conjunto turístico y cultural de primer nivel al que, puestos a poner un pequeño ‘pero’, se presenta de una forma un tanto dispersa en la información, sobre todo para el visitante de otras provincias que conoce por primera vez este entorno natural que se extiende por Burgos, Soria y La Rioja. 
Bienvenida sea esta iniciativa y que contribuya a generar más visitas -qué mejor momento que en primavera- y aporte más riqueza y prosperidad a esta comarca.


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DB