La plataforma Demanda
Dignidad registró ayer en el Ayuntamiento salense otras 1.100 firmas de
ciudadanos burgaleses y sorianos exigiendo el restablecimiento de
servicios de autobús en las líneas Soria-Burgos, operada por La
Serrana-Therpasa, y Aranda de Duero-Salas, que gestiona Alsa. Con esa
nueva tanda, son ya 4.000 las firmas recogidas y trasladadas al director
general de Transportes de la Junta, José Antonio Cabreras.
En el escrito se solicita la restitución de varios servicios de ambas
líneas «ante el abandono que está suponiendo, principalmente, para toda
comarca de Pinares de las provincias de Burgos y Soria». La plataforma
recuerda que desde el 1 de agosto se han suprimido más de 50 servicios a
la semana, lo que supone casi el 60 % de los servicios que se prestaban
en la zona.
Por otra parte, Demanda Dignidad vuelve a pedir una reunión con
Cabreras y denuncia el silencio de Junta ante la primera petición
enviada por sus representantes el 8 de octubre. Los portavoces de la
plataforma reiteran su apuesta por el diálogo como «instrumento
imprescindible y necesario para lograr el entendimiento entre la
administración, las empresas de transportes y los usuarios», pero añaden
que no descartan nuevas movilizaciones, como la que congregó a más de
2.000 personas el 2 de noviembre en Salas, si ese diálogo no llega
desde los representantes de la Administración regional. «No se puede
ningunear a tantísima gente afectada, no es digno de quienes ostentan la
representación políticas, elegidos democráticamente», argumentan.
En este sentido, explican que con La Serrana hay un contacto fluido y
de entendimiento, fruto del cual se restituyeron desde el 23 de
noviembre los servicios de los viernes por la tarde desde las dos
ciudades. No obstante, consideran necesario el apoyo económico de la
Junta para impulsar algunos servicios más, como el de los sábados entre
Burgos y Soria. «Esta inconexión entre ambas ciudades está dejando
aisladas a todos los pueblos por los que pasa la línea», dicen, mientras
piden que se escuchen las necesidades de los más de 15.000 habitantes
de la zona y se busquen soluciones para la supervivencia de una comarca
castigada por el desempleo y el envejecimiento de la población.