En este conjunto arqueológico se identifican los restos de un centro de culto emplazado sobre una pequeña plataforma rocosa. De planta rectangular presenta una única nave, a la que se adosa una pequeña cabecera cuadrangular en el flaco más alejado del centro del culto, donde las sepulturas, 6 tumbas antropomorfas, se organizan sin orden aparente, y la más moderna y más cercana al recinto religioso, donde las tumbas se disponen simétricamente de norte a sur, son de forma rectangular y albergan capacidad para dos personas, a modo de panteón. Otra peculiaridad de este yacimiento es la pileta horadada en la roca al sur de la necrópolis, calificada como "baptisterio altomedieval", una gran bañera, con desagüe incluido.
La separación de sacramentos parece lógica: en un lado la vida, el bautismo y en el otro la muerte, la necrópolis.
Podemos ver paralelos a esta pileta en el Monasterio de La Cerca (en Revenga), del s. IX, donde se ha excavado en la roca una pileta circular que en su día pudo almacenar agua suficiente para un bautismo por inmersión.